14 de abril de 2011

Aprendiendo a estar sola, aprendiendo a disfrutarme y soltar-me

Éste sábado mi pequeño Tibuliano se fue de campamento. He de confesar que fue de los fines de semana más largos, pero también más enriquecedores. 


Desde temprano me decía: -Mamá, ¿Ya preparaste mi maleta?, revisaba sus cosas, se emocionaba y le entraban las prisas y las ganas por irse. A mi me costó mucho trabajo soltarlo, dejarlo por muchos temas que yo como mamá y sobretodo como persona no he terminado de superar, pero son cosas que me queda claro; que no las tiene que acarrear mi hijo y que si bien no soy la mejor mamá del mundo; mi único objetivo con mi hijo es lograr que sea un espíritu libre.
Así que me llegó la hora, terminamos de preparar la maleta y lo dejamos con el resto de sus compañeros. ¿Después? Bueno pues a acomodar mis tiempos, me fui a correr al parque con mi pareja, desayunamos juntos, visité algunos familiares y más tarde fui a casa. 

Me sentía extraña andar sin mi hijo y sin mi pareja porque acordamos que juntos... pero también separados, haríamos cosas. Así que me fui a duchar como hace mucho no lo hacía, con la paciencia y la dedicación del mundo, con música suave y con inciensos olor violeta. Hacía mucho que no me sentaba en mi sillón tan fresca a leer un libro y a no preocuparme por la hora de proveer de alimento a alguien que depende totalmente de mi.Tenía tantos planes para el fin de semana, porque en realidad no sabía que hacer sin Emiliano, pensaba voy a hacer esto, aquello... después me quedaba pensando: ¿Qué tal si llaman, si necesitan algo, si no puede dormir, si llora en la noche, si lo molestan los niños, si hace la pipí, si esto, si aquello?
Al final, sólo me quedé en casa, visité a mi tía... una gran confidente y a la que le tengo tanto agradecimiento, disfrute a mi hermana y me disfruté esos instantes.

Al día siguiente Emiliano aún no llegaba, pero contaba las horas para verlo de nuevo. Le preparé comida que le gustara porque es mi forma de darle la bienvenida, nos apuramos el papá y yo a terminar nuestros pendientes y nos fuimos por él. Agradecí tanto la madurez y la enseñanza de Emiliano, al final del día me regalo confianza, lealtad y mucho amor. Llegó emocionado, acalorado, cansado pero contento. Alguien por ahí se acercó a decirme que Emiliano se está convirtiendo en un niño muy independiente, peeeeeero que había  que enseñarlo a vestirse sin la ayuda de mamá, llegamos a casa, le di un baño refrescante en el lavadero que hay en casa de mi abuela, comimos juntos, jugamos juntos y terminamos el día más unidos que nunca. 

Lo que me dejo mi hijo de ésta experiencia es a darme un chance, de estar sola, sin ser ni la mamá, ni la hija, ni la pareja, ni la sobrina, ni la hermana... simplemente de ser Beatriz. Me dio una lección de confianza en los valores que le otorgo a mi hijo y a mi familia, de independencia y de que siempre al final el amor nos debe hacer personas libres, sin asfixiar. Aunque me costó mucho trabajo soltar a mi hijo, soltarme y dejar que disfrutara su día creo que valió la pena. Yo no soy una persona que deje a su hijo, pero ésta comunidad Scout en la que estamos estos momentos me ha brindado la confianza en que éstas actividades benefician mucho a mi hijo y a mi familia. Nadie está exento de los posibles riesgos y no es que nunca los haya pensado, peor también creo que en la vida hay que arriesgarse y hay que soltar poco a poquito. 

Eso me hizo pensar en que algún día estaré sola, mi hijo crecerá y no irá más de campamento con los scouts, simplemente irá en busca de otras aventuras y espero que para ese entonces; haya aprendido que estar sola. Disfrutarse es la mejor recompensa que nos podemos dar, con el corazón lleno de esas experiencias de mi hijo y las propias. 


2 comentarios:

Vanyvalu dijo...

Wow Bety, qué gran paso!
Yo trato de imaginarme haciendo lo mismo y se me apachurra el estómago, jejejejeje.
Y me queda claro que si lo hiciste no fué fácil y que lo hiciste como bien mencionas, por amor, para que sea libre y porque sentiste la confianza.
Te aplaudo de verdad y me alegra mucho que hayan disfrutado de ese fin de semana que los hace crecer y aprender cosas bellas.
Abrazos a los dos!

yarim dijo...

Si Bety, qué valiente aprendizaje para tí y para él... el de amar en la libertad... Bravo mujer! Espero poder seguir tu ejemplo en su momento... Saludos!