30 de marzo de 2010

25 años

El sábado, tuvimos la oportunidad de celebrar 25 años de unión entre dos personas importantes en mi vida y la de mi hijo. Mi tía, la que se encarga del cuidado de mi hijo por las tardes, cumplió 25 años de unión con su pareja, 25 años de pruebas superadas, de apoyo mutuo y me atrevo decir que de amor.
Yo tengo una teoría acerca del amor, pienso que con el tiempo el amor evoluciona, se convierte en otros sentimientos como responsabilidad, compromiso, entrega, lealtad, esfuerzo y trabajo.
El amor después de 25 años de estar junto a tu pareja, tienda a evolucionar, quizá no es la misma pasión que se expresa cuando somos jóvenes, pero todo se traduce en apoyo mutuo en amor reflejado en los hijos, en respeto hacia la individualidad del otro y sobre todo en lealtad. Y mis tíos son un claro ejemplo de eso. Me consta que pasaron por situaciones difíciles, económicas, personales y familiares pero que siempre estuvieron ahí para apoyarse.
Siempre le comento a mi pareja que el amor es un camino que decides recorrer con una persona, si por alguna razón te caes, seguro tu pareja ayudará a que te levantes de nuevo y viceversa. Pero si de pronto alguien decide no llevar el mismo paso, tomar caminos diferentes siempre se puede negociar, lo único que ya no es negociable es la falta de compromiso y la falta de ganas de seguir adelante. Al tiempo, la vida siempre da recompensas, y creo que no hay mayor recompensa que se pueda recibir que el amor incondicional de los hijos y el respeto de toda tu familia.
Ésta vez, nos tocó a mi prima y a mi organizar la fiesta, fue una semana complicada en cuanto al trabajo pero siempre había fuerzas para llegar, platicar, pintar juntos el patio y planear lo que faltara para la fiesta. Me dio mucha alegría poder ser parte de todo ello, desde acompañar a mi tía a escoger su vestido, hasta ir por las flores como una forma de retribuir el infinito agradecimiento que le tengo por cuidar a mi hijo, brindarle cariño, paciencia.
Y bueno, la fiesta fue todo un éxito, por supuesto no faltaron las lágrimas, el baile, la entrada de la novia a la casa cargada por el novio, los niños corriendo por todos lados y culminamos el evento apapachando a su hija que pronto se estrenará como mamá. Ya entrada la noche, mi hijo terminó en calidad de bultito (ja ja ja) y yo afónica, cansada y contando los días para ir a sanar mi gripa en los bellos paisajes Queretanos. Pronto les compartiré fotos del pequeño paje, de las flores, de mis tíos y de su sertvidora con unas cuantas medidas perdidas. Me siento muy motivada y con ganas de ir por más sanación para mi cuerpo.

1 comentario:

Elena dijo...

Q padre q cumplan 25 años juntos¡¡¡ es una vida¡¡¡ muy lindo el concepto del amor de pareja q describes,es lindo el enterarse de estas historias de vida en pareja,yo e llegado a pensar q el amor es efimero (hablado de pareja),cuando me entero de parejas q llevan 10,20 o hasta 50 años juntos me mueve mucho. =)