2 de septiembre de 2009

Agotada

Me siento agotada, un poco bajoneada. Desde la semana pasada y lo que va de esta, tengo mucho trabajo en casa, aveces siento que no termino y que los fines de semana no disfruto a mi hijo como debería de ser por estar con las mil y un labores domésticas.
Aún no termino el mantel que Emiliano tiene que llevar a la escuela, este año me propuese hacerlo, estoy a punto de terminarlo y quizá ya lo hubiera hecho, si no fuera por que esta semana me tocó el Rol de Canasta en la escuela y tengo que llevarles el almuerzo durante una semana a los niños del grupo de mi hijo que son once.
No es que me pese hacerlo, pero a estas alturas; ya me siento cansada. Me he levantado muy temprano, duermo muy tarde y nomás no termino de organizarme, siento que el tiempo me come. Para terminar, Emiliano enfermó el fin de semana empezó con una temperatura espantosa, arriba de los 39º, me sentía muy enojada por que fue por un descuido por parte de su papá y mío.
Dentro de todo ese cansancio, el Lunes me quedé con mi pequeñuelo en casa. Entre la temperatura que tenía y los mil un deberes, lo disfruté muchísimo. Me levanté temprano a preparar el almuerzo para los niños, despertó de buen ánimo. Llevamos la comida a la escuela y de ahí nos fuimos a ver el pediátra, aunque al principio me negué, fue necesario que tomara antibiótico por que traía una infección muy fuerte en la garganta. Siempre que llevo a mi hijo al pediátra, entro predispuesta a que lo atasquen de tanto medicamento, en ocasiones recurro a la medicina homeopática, es más lenta la recuperación, pero efectiva. Esta vez la temperatura de Emiliano se elevó demasiado, fue necesaria la medicina y ni hablar. Amo a mi hijo por que es muy valiente, se dejó revisar muy bien y a pesar de que la medicina sabe a madres, asumió la pequeña responsabilidad de tomarla.
Afortunadamente, desde ese mismo día; ya se encuntra mejor. Le sirvió que mamá estuviera en casa, comimos juntos, caminamos por los pasillos tan coloridos del mercado y compramos la comida para el día siguiente. En la tarde jugamos "peluchas" en la cama y vimos Lilo y Stitch por enésima vez. Compramos una estrella tricolor para colgar en un pequeño pasillo e intentamos adornar la puerta de nuestra casa con imagenes alusivas a las Fiestas Patrias. Pronto Fotos.
Hoy tengo que llegar a casa a preparar algo que le encanta a pequeñuelo: Flan Napolitano, será parte del almuerzo mañana y estoy segura de que a ese Tibuliano le trae dulces y reconfortantes recuerdos, igual que a mi. A Fabián, le ha tocado hacer las aguas de sabor con fruta natural, también contribuye a su manera; en las actividades de pequeñuelo; cosa que agradezco infinitamente.

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