19 de agosto de 2009

... De cuando elegí la escuela de Emiliano

Recuerdo cuando pensaba en elegir una escuela para mi hijo, me daba pavor!! Pensaba si lo cuidarían bien, si él se adaptaría, si extrañaría la casa de Yayis, muchos eran mis temores pero tenía que tomar la decisión por la salud emocional de Emiliano, mi tía y de la familia.
Yo soy mamá trabajadora oficinista, sabía que contaba con los servicios que otorga el Seguro Social, sé que hay muchas guarderías en las que una puede dejar muy confiadamente a sus hijos sabiendo que estarán bien supervisados, pero yo quería más para Emiliano, algo distinto.
Mi hijo siempre me ha parecido una persona profundamente sensible y cariñosa, sinceramente no quería exponerlo a un exterior tan hostil, mi tía se hacia cargo de él a la perfección... pero entiendo que aveces uno necesita un respiro y que los niños deben aprender a convivir con otros niños, vamos; a socializar con otras personas que no sean su familia. A Emiliano eso de socializar le generaba ansiedad, además sus juegos siempre eran de adultos... así que vimos la necesidad de buscar una escuela de medio tiempo.
Como asegurada, fui a las guarderias del Seguro Social a muchas personas les parecerá que son buenas, a mi en lo personal, me dió la impresión de que todo era muy dictatorial, horarios para todo y quiero aclarar que no estoy en desacuerdo con crearles hábitos a los niños por medio de los horarios, más bien todo me parecía tan rígido; un ejemplo eran las horas para comer... mi hijo siempre tomó leche a libre demanda y en la guardería tienen horarios específicos para la leche... eso me generaba mucha angustia, a sabiendas que los niños tienen una gran capacidad de adaptabilidad. Uno de los primeros problemas que se enfrenta una mamá al buscar guardería es el cupo, hay sobrepoblación. Tienes que anotarte en una lista de espera, cuando los niños ingresan a otros niveles, te llaman para avisarte de la disponibilidad de un lugar.
Las guarderías del IMSS ya estaba saturadas, tenía continuar mi búsqueda en una subsidiada, así que busqué primero en Internet; vi varias escuelas cerca de mi casa, una en particular me llamo la atención por que era un poco más grande que todas las que había visto. Fui a preguntar los requisitos y me dejaron entrar a ver las instalaciones, me llevé una gran sorpresa cuando ví a una de las maestras recargada en la pared, comiendo pepitas y gritándole a los niños que dejaran de hacer "X" cosa. Sentí horrible, pensé que no quería que mi hijo estuviera en un lugar así... entonces, seguí buscando.
Pensé en una escuela Montessori, ya tenía una referencia de lo que era el Sistema Montessori. Antes de que Emiliano naciera, una de las amigas de mi mamá tenía a sus hijos en una escuela Montessori, yo veía como le enseñaba a sus hijos, como despertaba esa sensibilidad en ellos, y tambien como a partir de cosas simples; obtenían grandes enseñanzas. Entonces Fabián y yo decidimos enfocarnos a encontrar una escuela Montessori para nuestro hijo, para nuestra suerte a unas cuadras de donde vivimos había una escuela. Fuimos a ver, Emiliano iba con nosotros... lo primero que llamó su atención fue un mini lavadero que tienen en los ambientes (así se le llama a un salón en el Sistema Montessori) ahí los niños lavan sus propios trastes, aveces sus manteles, los trapos con los que limpian las ventanas, había mesas y sillas a su medida, juguetes de madera, una pequeña alacena donde guardaban los utensilios de cocina, vasos de cristal, librero, una sala de lectura. En fin, babeabamos... definitivamente era lo que buscabamos.
Estabamos tan convencidos, que decidimos inscribirlo. Unas semanas antes de que Emiliano entrara a la escuela recibimos una llamada de la Guía (La maestra), nos dijo que quería entrevistarse con nosotros, para conocernos y saber los hábitos de nuestra casa y de Tibuliano.
Llegó el día de la entrevista, estabamos nerviosos pero ella nos dio pauta para sentirnos más relajados, nos preguntó cosas básicas, dónde nació, bajo que condiciones, hospital, después comenzó con las cuestiones familiares, como viviamos, con quien viviamos, ¿cómo estaba conformada la familia?, hábitos, a qué hora come, ¿ve la TV?, horarios, ¿qué vé?, quién lo cuidaba en la actualidad, ¿por qué decidimos que fuera ahí?, etc.
Después de platicar un buen rato con ella, le comenté que buscamos durante un tiempo una escuela que se adecuara a las necesidades de nuestro hijo, le expresé todos mis temores y la experiencia que tuvimos al buscar escuelas. Idalia me dijo que una Guía Montessorí debe de tener la vocación para trascender de forma positiva en los niños, en su vida y en su familia. Con esas palabras nos terminamos de convencer, sabiamos que el proceso iba a ser difícil y doloroso pero que los resultados iban a ser muy gratificantes. Y ¿Saben qué? Así lo fué, lo compruebo cuando cierta vez hablé por teléfono y me dice:
E: ¿Es qué... sabes qué mamá?
MG: ¿qué pasó hijo?
E: Ví unas mariposas y están bien bonitas!
MG: Wow!! Que bien
E: Ya quiero ir a la escuela mamá, a ver las tortugas
MG: Ya pronto hijo, faltan dos semanas.
La manera, el tono y esa gran capacidad de sorprenderse con lo simple me conmovió. En otro Post ya les contaré sobre el primer día de escuela y el proceso de adaptación. Por lo pronto ya nos estamos preparando los materiales de este nuevo ciclo escolar, en la mismoa escuela. Ahora tiene nuevas instalaciones, tambièn cerca de casa, ese Tibuliano esta feliz por que este año compraron unas tortugas como mascotas y tendrán su pequeño invernadero. Espero que me dejen tomar fotos de la escuela y mostrarlas, también más adelante hablaré del Sistema Montessori. Aún hay taaaaanto por contar.
¡¡¡¡¡¡ Gracias a todas por sus palabras de aliento, siempre son las adecuadas !!!!!!

1 comentario:

La Chili dijo...

Hola Mamá Gallina:
Mira, aquí hay un blog de una mamá montesori, que por cierto vivió en México un tiempo, si no lees inglés igual las fotos te dirán mucho
http://sewliberated.typepad.com/sew_liberated/
Además hace unos patrones padres y aquí esta su cuenta de fotos:
http://www.flickr.com/photos/montessoribyhand/
Elegir una buena escuela es muy dificil ya cuando uno esta agusto vale la pena.