22 de septiembre de 2009

Paciencia... cuento hasta mil...

La semana pasada y ésta mañana, fueron emocionalmente desgastantes para mi, aveces siento que la cabeza me estalla de tanto pensar y pensar en lo que pasa , otras tantas; siento que ya no puedo más... hace unos días mi pareja y yo discutiamos a cada momento, aveces me da la impresión de que tenemos intereses distintos, en caminos distintos... pero siempre nos termina uniendo el amor que tenemos hacia nuestro hijo. Seré sincera, otras ocasiones siento que la única participación en las actividades de Emiliano es la mía, vamos; que no hay interes por ir más allá de lo que nuestros padres nos enseñaron y estoy segura que siempre hay que explorar otros rumbos, experimentar, aplicar diferentes enseñanzas.
El mundo es tan distinto en estos momentos, los niños son tan diferentes a como eramos nosotros que no podemos seguir enseñandoles lo mismo, hay que darles otras herramientas para que crezcan y jamas dejen de maravillarse con todo lo que les rodea. Sí, aveces me quiero comer al mundo...
Hoy en la mañana Emiliano me hizo un berrinche marca diablo, no se si manejé de manera correcta la situación, en un principio fue gracioso, despues de media hora me pareció un exceso de su parte. Él simplemente quería quedarse a ver la TV, que yo me viviera a trabajar y lo dejara solo en casa. Así de tajante me dijo: Mamá, tu vete a trabajar y yo me quedo solo. Por supuesto le dije que no se podía quedar, que él tenía que ir a la escuela, mientras papá y mamá trabajaban. Después llegó el chantaje emocional: quiero a mi papá... me quiero ir con mis abuelos... quiero a Yayis (mi tía, la que lo cuida). Se fue todo el camino berreando, llegando a la escuela entró sigilosamente y muy controlado con su emoción.
Pedí hablar con su guía, le comenté lo que pasó y me pregunto si había dormido bien, si había algun cambio y resulta que la semana pasada estuvimos en casa de mis papás, le encanta ir allá, jugar con las perras; es un territorio practicamente sin reglas, regresamos el viernes a la escuela. Ésta semana mi tía fue a casa de mis papás a descansar unos días, su rutina cambio completamente. Mientras regresa, voy por él a la escuela y se queda conmigo un rato en la oficina en lo que llega su papá por. Puede que sean cambios temporales y quizá insignificantes, pero a él le afecta. Idalia, su guía; me dijo que no me enganche con la emoción, que limite ese tipo de acciones diciéndole: Papá y mamá tienen que ir a trabajar y tu tienes que ir a trabajar a la escuela. También mencionó que no reforzara la situación, que platicaramos con él explicandole los cambios y diciéndole que sólo son temporales. Ya veremos cuando salga de la escuela, por que hoy de nuevo me voy por él.
Les tengo que confesar que sinceramente nunca me había pasado que Emiliano hiciera eso, me sentí muy avergonzada por no saber que hacer, me sentí peor cuando lo baje casi a rastras por las escaleras y él iba gritando... los vecinos obviamente iban haciando su parte, super sorprendidos como si a ellos no les pasara... y en realidad no les pasa por que sus hijos ya son mayores, eso creo... no pude controlar la risa... yo creo era de nervios, no se... pero en esos momentos no era suficiente contar hasta tres, ni hasta cinco, ni cien... Uf!! Paciencia!
Ya veremos como evoluciona esta semana, tengo... mmhhh tenemos que trabajar con él para que se pueda quitar los zapatos y la ropa sin ayuda de mamá o papá. Lo tengo que invitar a que realice más actividades de niños grandes por que en enero pasa a otro nivel, a "Casa de los niños" y ahí ya no refuerzan esas acciones que lo van acercando poco a poco a la independencia.
En estos momentos salgo de la oficina como looooooca por él... al rato fotos.

1 comentario:

FAbiAN dijo...

Es cierto que a veces parece, sólo parece que no caminamos hacia el mismo rumbo, pero no es así...como padres de un niño especial, (TibuLiano es ultra especial) tenemos diferentes formas de buscar explotar esa fabulosa imaginación que nuestro hijo tiene, y a veces las actividades no parecen ser las mismas, pero creeme que cuando estamos jugando o realizando alguna actividad que a él le agrade, trato de aprender lo más que puedo para poder estar a su nivel de "sorprendimiento".
Por otro lado, los berrinches en él ya se le están haciendo costumbre, debemos buscar la mejor forma de actuar para que deje de hacerlos. Trabajemos en equipo para encontrar la mejor solución.

YöTeAmÖMuChö