17 de julio de 2009

Los niños y el periódo de duelo

Hace mes y medio mis papás y mis hermanos se mudaron a vivir a otra Ciudad, dejaron completamente vacia la casa en donde mi madre nacio, crecio y vivio media vida... fue muy difícil el proceso desde que nos avisaron hasta la fecha. Se llevaron a mi "Bacha" querida, mi perra que compartió conmigo tantos momentos, la que me veía llorar y me lamía las lágrimas, la que ladraba cada vez que alguien ajeno a la familia intentaba acercarse a Emiliano, la que fui abandonando poco a poco por falta de tiempo; aunque ahora se que esta mejor, viviendo en un campo, libre, con muchas plantas y mucho espacio donde correr.
Fue triste y aún me cuesta trabajo hacerme a la idea de encontrar aquella casa vacia, de llegar del trabajo y no encontrar a mi papá jugando con mi hijo, de ver que mi hermana ya no esta peleando con él, a mi hermano viendo la televisión y pidiéndole a Emiliano que no le cambie de canal... son tantos recuerdos.
A mi papá le ofrecían un ascenso de trabajo en un lugar maravilloso, tomaron valor, se deshicieron de sus apegos y se fueron con toda la esperanza de encontar algo mejor para ellos como pareja y para la familia que estaba un poco fracturada.
Cuando me enteré de lo que decidieron, corrí con la guía de Emiliano que es como su maestra de la estancia a la que asiste. Comenté con ella que mis papás se mudarían, que mi hijo pasaba mucho tiempo con ellos y que a mi me parecía que iba a ser un proceso difícil para él. Idalia (así se llama la guía) me decía que mi hijo tenía que pasar por una "etapa de duelo". Me explicó, que un cambio así de radical altera la vida de los niños, pero que para poder superarlo de la mejor manera, era necesario hablar mucho, hacerle saber que no es para siempre, que su principal familia esta con él y lo más importante; reforzar los vínculos afectivos con los padres.
Los consejos que me dió fueron muy buenos para que Emiliano lo asimilara:
Uno, "informarle al niño que se avecina un cambio", una ausencia temporal. Por que los periódos de duelo por la muerte de un ser querido, son distintos. Entonces había que explicarle que los "abuelos" se iban para vivir en otro lugar y que ya nos los veria tan seguido.
Dos, "despedirse" permitir al niño le diga "Adios" a lo que se va y le de una "Bienvenida" a lo que está por llegar. Esto es muy importante, en mi caso hablé con mis papás y mis hermanos, les pedí que se despidieran de él, que le dijeran que se iban a otra casa pero que se verían y hablarían cuando él los necesitara. Al principio ellos se negaron un poco con el "pretexto" de que es muy pequeño y no lo va a asimilar, pero creanme, fue lo mejor que hicieron con mi hijo.
Tres, "No mentir" decirles la verdad. Mi mamá con tal de no enfrentarse a la realidad al principio le decía que iría a un "mandado" cosa muy cruel por que él espera verla regresar y Oh sorpresa! Así que tuve que intervenir y pedirle que por favor, le hablara con claridad. Mi mamá con todo y su corazón de pollo, le dijo la verdad y Emiliano le decía que no, que no se fuera, pero él valoró más que le dijeran "me voy, pero regreso pronto".
Cuatro, "permitir desahogarse" si el niño quiere llorar, dejarlo que lo haga, no reprimirlo. Cuando mis papás estaban haciendo su mudanza, Emiliano jugaba pero cuando vio el camión lleno y a mis papás y hermanos despedirse de él, no lo creía, quería irse con ellos. Todos lo abrazaron, besaron, lloraron juntos y al final; le hiceron saber cuanto cariño le tenían. A mí se me hacia chiquito el corazón de ver llorar a mi hijo.
Cinco, lo mejor es "saber que estan cerca" . Viajar cada vez que nuestras posibilidades lo permitan y decírle al niño que la ausencia no es para siempre, que en vacaciones el puede visitarlos o que ellos pueden venir con él. Tan es así, que mi hermana ya esta aquí, disfrutando de sus vacaciones con mi pequeño Tibuliano. Ah! también las llamadas telefónicas son muy buenas por que asi el niño identifica que sus abuelos ahì estan, sólo que un poco más lejos de lo normal.
El día de la despedida de mis papás Emiliano lloro y me decía: "No mamá, yo voy con los abuelos". A mi también me vió llorar mucho, nunca se lo negué, eso nos ayudo mucho a ambos, por que fortaleció nuestra relación. Su papá y yo estamos más conectados, nos sirvió para valorar la familia con la que crecimos, lo que nos dejaron, lo que somos y lo que tenemos como una nueva familia.
Emiliano ya está de vacaciones, mis papás vienen de visita este fin de semana y si todo pinta bien, seguro se irá con ellos unos días. Tiene unas ganas de verlos, de platicarles, muere por meterse a la tina que le ponen en el jardín y por regar el pasto por las mañanas con el "abuelo".
Nosotros nos vamos preparando, por que esto de tener un hijo como Emiliano me ha enseñado a "compartir", aunque apenas lo vaya entendiendo.

1 comentario:

Centro la Milpa dijo...

Te quiero contar de una página que acabo de crear, a ver si te animas a participar o conoces de alguien que quiera hacerlo.
http://www.centrolamilpa.com/historiasdenacimiento/
Esta es una página para formar una base de datos con referencias (positivas o negativas) sobre hospitales, parteras o médicos.
Creo que así ayudaremos a otros a tomar desiciones que pudieron ser difíciles para nosotros mismos.
Pueden contar su historia, pueden participar anónimamente (usar un seudónimo) o sólo calificar de recomendable o no recomendable, por supuesto sólo se trata de experiencias propias y por favor sean sinceros.
Corran la voz, para que más y más participen.
Sólo manden un correo electrónico a centrolamilpa@gmail.com